El nuevo gobierno de Silvio Berlusconi, en Italia, se ha reunido el pasado miércoles por primera vez en su nueva etapa.
Acorde a los anuncios, el gobierno ha aprobado un paquete de medidas que endurecen las políticas sobre migraciones del país. Solo gracias a la firmeza del presidente de la República, el ex comunista Giorgio Napolitano, no se han aprobado inmediatamente las medidas más discutidas, que tendrán que ser debatidas por las Cámaras. Sin embargo, el nuevo "paquete de seguridad", como ha sido llamado, entrará en vigor en los próximos meses.
Por ahora, el gobierno de derecha ha aprobado una norma que prevé que la inmigración clandestina sea un agravante en el caso de haber cometido algún delito. Pero lo que va a llegar es lo más preocupante, porque el nuevo gobierno quiere transformar la estancia clandestina en delito. No tener papeles estará sancionado con una pena de cárcel de hasta cuatro años. A parte de eso, la proposición de ley prevé la posibilidad de aumentar el tiempo máximo de estancia en los centro de internamiento para extranjeros hasta 18 meses, algo que también la UE está estudiando.
Además se prevé instituir un banco para recoger el ADN de todos los migrantes, expropiar los pisos alquilados a migrantes sin papeles sin declarar, endurecer las normas para los solicitantes de asilo y demorar hasta dos años el otorgamiento de nacionalidad para quien se case con un ciudadano o ciudadana italiana. Finalmente, se va a dar más poder a los alcaldes y a los delegados del gobierno para que puedan encarar situaciones de emergencia relacionadas con la inmigración. En el texto se habla explícitamente de gitanos rumanos, algo que pone de manifiesto el racismo institucional del país.
Todo esto, como decíamos, habrá que discutirlo en el Parlamento en las próximas semanas. Sin embargo los números de la mayoría de gobierno dejan pocas esperanzas.
Escuchamos la opinión de Ángelo Miotto, jefe de redacción del Peace Reporter, en Italia.
Acorde a los anuncios, el gobierno ha aprobado un paquete de medidas que endurecen las políticas sobre migraciones del país. Solo gracias a la firmeza del presidente de la República, el ex comunista Giorgio Napolitano, no se han aprobado inmediatamente las medidas más discutidas, que tendrán que ser debatidas por las Cámaras. Sin embargo, el nuevo "paquete de seguridad", como ha sido llamado, entrará en vigor en los próximos meses.
Por ahora, el gobierno de derecha ha aprobado una norma que prevé que la inmigración clandestina sea un agravante en el caso de haber cometido algún delito. Pero lo que va a llegar es lo más preocupante, porque el nuevo gobierno quiere transformar la estancia clandestina en delito. No tener papeles estará sancionado con una pena de cárcel de hasta cuatro años. A parte de eso, la proposición de ley prevé la posibilidad de aumentar el tiempo máximo de estancia en los centro de internamiento para extranjeros hasta 18 meses, algo que también la UE está estudiando.
Además se prevé instituir un banco para recoger el ADN de todos los migrantes, expropiar los pisos alquilados a migrantes sin papeles sin declarar, endurecer las normas para los solicitantes de asilo y demorar hasta dos años el otorgamiento de nacionalidad para quien se case con un ciudadano o ciudadana italiana. Finalmente, se va a dar más poder a los alcaldes y a los delegados del gobierno para que puedan encarar situaciones de emergencia relacionadas con la inmigración. En el texto se habla explícitamente de gitanos rumanos, algo que pone de manifiesto el racismo institucional del país.
Todo esto, como decíamos, habrá que discutirlo en el Parlamento en las próximas semanas. Sin embargo los números de la mayoría de gobierno dejan pocas esperanzas.
Escuchamos la opinión de Ángelo Miotto, jefe de redacción del Peace Reporter, en Italia.
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