El Estado español se ha encontrado con la horma de su zapato en política migratoria. Brasil ha respondido a las deportaciones de ciudadanos brasileños desde España con deportaciones de turistas españoles desde Brasil. Es sabido que los nacionales de ambos países no necesitan visados para entrar en los citados destinos. No obstante, recientemente la policía española ha deportado del Aeropuerto de Barajas a brasileños que viajaban en tránsito a Portugal. Pero como la cosa viene de más atrás, el gobierno brasileño ha puesto el grito en el cielo y está tomando las mismas "medidas de reciprocidad" con ciudadanos españoles que recalan en aeropuertos de Brasil.
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