lunes, 4 de febrero de 2008

El conflicto de Kenia: la lucha por el reparto desigual de la riqueza.

El Presidente keniano, Mwai Kibaki, exhortó a la población a mantener la calma luego de extenderse los disturbios a otras partes del país. Al mismo tiempo envió dos helicópteros del Ejército a la ciudad de Naivasha. Desde los aparatos se disparó contra un grupo que planeaba atacar a miembros del clan Luo. El domingo en Naivasha, 40 personas fueron asesinadas, 15 de las cuales fueron quemadas vivas dentro de sus casas. Horas antes la violencia se había cobrado una nueva víctima. Se trata del político Mugabe Were, parlamentario del opositor Movimiento Democrático Naranja que lidera Raila Odinga. El legislador fue abatido a tiros frente a su vivienda en Nairobi. En los disturbios que se desataron, a raíz del asesinato del político, murieron cuatro personas en Kibera, un barrio pobre de la capital, Nairobi. La ola de violencia comenzó tras la elección presidencial del pasado 27 de diciembre en la que fue proclamado ganador el presidente saliente Mwai Kibaki, perteneciente a la etnia kikuyu. El partido opositor liderado por Raila Odinga de la tribu luo, rechazó estos resultados y llamó a sus partidarios a manifestar en las calles. Las protestas degeneraron en una espiral de violencia que ha despertado viejas rencillas entre los diferentes grupos étnicos que se pelean desde hace décadas por una mejor distribución de las riquezas del país. Desde el 27 de diciembre han perdido la vida más de novecientas personas.







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