Los miles de turistas que visitan diariamente la capital argentina generalmente se hacen un lugar para recorrer la calle Corrientes, con sus marquesinas iluminadas permanentemente, o bien el colonial barrio de San Telmo o la zona portuaria conocida como La Boca. Pero lo que seguramente no saben es que a escasos cuatro kilómetros del emblemático Obelisco, la empresa anglo-holandesa Shell ensambló una fábrica de coque en la que industrializa los derivados del petróleo y cuyas emanaciones han sido probadas como cancerígenas en la Unión Europea.
Así lo denunció ante el tribunal permanente de los Pueblos (TPP) que funcionó en Lima entre el 13 y el 16 de mayo último Facundo Villar, integrante de la ONG argentina FOCO.
Así lo denunció ante el tribunal permanente de los Pueblos (TPP) que funcionó en Lima entre el 13 y el 16 de mayo último Facundo Villar, integrante de la ONG argentina FOCO.
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